Rachmaninoff Etudes-tableaux

Programa

Sergei Rachmaninoff (1873-1943)

Bruno Vlahek, piano.

Musicstry Studios. TRT^® sound (calibración 2.4b). Grabado: Op. 33 23, 24 Mayo 2019, Op. 39 28 Noviembre 2019, 13 Febrero 2020. Publicado: 20 Mayo 2020. Fotografía: Jetta Deplazes. Notas: Bruno Vlahek. Productor: Mario Martínez. PC17006 ℗ & © 2021 Play Classics.

Notas al programa

Como el título ya revela, Études-Tableaux son mucho más que simples estudios. La palabra clave es, por tanto, "cuadros", mientras que los "estudios" sugieren sus altas exigencias técnicas. El virtuosismo sirve aquí como un vehículo indispensable para la expresión de imágenes visuales y los sentimientos que quería abordar. Aunque las piezas están pensadas como "estudios de imágenes", Rachmaninov nunca fue específico sobre lo que inspiró cada pieza. Prefirió dejar tales interpretaciones al oyente y al intérprete, sugiriendo que deberían "pintar por sí mismos lo que más sugiere". Sin embargo, hizo una excepción con cinco de los "Études-Tableaux" cuando, por recomendación de Sergei Koussevitzky, el compositor italiano Ottorino Respighi los orquestó y reveló algunas de las ideas que lo llevaron a componerlos. Por ejemplo, el Étude-Tableau en Mi bemol (actualmente publicado habitualmente como No. 6 del Op. 33), es "una escena en una feria", el La menor (No. 2 del Op. 39) es "El mar y las gaviotas", el otro La menor (No. 6 del Op. 39) se inspiró en el cuento "Caperucita Roja y el lobo", el Do menor (No. 7 del Op. 39) es una "Marcha fúnebre" (Rachmaninov da un explicación muy detallada, especialmente sobre este estudio en su carta a Respighi), mientras que el último estudio se asemeja a una "marcha oriental". La tradición de componer música relacionada con pinturas / imágenes no es desconocida para la tradición rusa; un ejemplo bien conocido es el de Mussorgsky " Fotos de una exposición ". Es bastante seguro que "Ivanovka" - una finca situada en el campo ruso y un refugio de tranquilidad, también le dio un contacto cercano con la naturaleza que encontró tan esencial para su creatividad.

En una entrevista que le dio a la revista estadounidense "The Etude" en diciembre de 1941, Rachmaninov se abrió sobre este tema: “Al componer, me resulta de gran ayuda tener en mente un libro leído recientemente, o una hermosa imagen, o un poema A veces se tiene en cuenta una historia definitiva, que trato de convertir en tonos sin revelar la fuente de mi inspiración. Con eso no quiero decir que escribo música de programa. Como las fuentes de mi inspiración nunca se revelan, el público debe escuchar la música en términos absolutos. Pero encuentro que las ideas musicales me llegan más fácilmente cuando tengo que describir un tema no musical definido. Esto es particularmente cierto al escribir una pieza más corta para piano ”. Y agregó: “Una pequeña pieza puede convertirse en una obra maestra tan duradera como un gran trabajo. El artista aprende, después de una larga experiencia, que es más difícil ser simple que complicado “.

Mi opinión personal sobre los estudios del Op. 33 es como si fueran pequeños medallones o breves destellos de emociones comprimidas, inspirados por varios estímulos del mundo exterior. Por otro lado veo los de Op. 39 más como poemas en los que su inspiración proviene del mundo interior, conteniendo así un paso más hacia el estado mental más profundo. Me parece que en cada una de las piezas del Opus 33 Rachmaninov presenta uno de los elementos que caracterizan su trabajo y patrimonio en general. La pieza de apertura es una marcha bastante formal que muestra una ligera inclinación hacia lo grotesco, que sirve al mismo tiempo como una introducción al motivo "Dies irae", uno de los elementos típicos de Rachmaninov, relacionado con su obsesión por la muerte y la curiosidad morbosa. cierta ansiedad, podría recordar un sabor de Asia central en el estudio número 2, como si viniera de uno de los paisajes musicales de Borodin, o recordándonos la ascendencia tártara de Rachmaninov. Encuentra paz en la siguiente pieza en la que el talento de Rachmaninov para la melodía se muestra en su mejor momento. El estudio No. 4 resalta los elementos del folclore y es difícil no imaginar el baile voluminoso de los campesinos, fuertemente impregnado con capas polifónicas, otro elemento típico de la escritura de Rachmaninov. La siguiente pieza trae el "veloce" de Rachmaninov, estilo que ocurre como una visión, algo así como una vida que brilla ante los ojos. Una rara expresión de exuberancia está presente en la pieza enérgica y edificante que sigue. Siendo uno de los dos únicos estudios en tonalidad mayor del Op. 33, ciertamente sugiere los colores, los sonidos y la emoción de una feria de diversión. Encuentro como un detalle interesante el hecho de que comparte la misma clave de Mi bemol mayor que el "Mercado de Limoges" de Mussorgsky, tal vez un tributo (no) consciente a la música rusa del pasado. El étude en Sol menor viene como un recuerdo introspectivo con una línea vocal dominante que hace eco de un canto de la iglesia y rinde homenaje a Chopin, un compositor que Rachmaninov apreciaba mucho. Una lucha entre la Luz y la Oscuridad y el sonido de las campanas como una constante fascinación del compositor marcan la pieza final del Op. 33. Rachmaninov camina al límite aquí, desafiando los límites del Bien y del Mal. Con fuertes resonancias del registro de graves y el espíritu Scriabinesco, esta pieza podría considerarse como una anticipación de todo el Opus 39. La pregunta sigue abierta, como si dijera "continuará”…

Hay una fuerte sensación de nostalgia presente en las piezas del Opus 39, incluso más que en el set anterior. Los colores del Opus 39 son más oscuros, los sonidos son más pesados y gruesos. Los gestos son más amplios, las frases más largas y más agotadoras. Lo que era un riachuelo en el Op. 33, aquí se convierte en un río. Las imágenes son más complejas. Es un viaje del alma, un viaje interno, representado a través de diferentes paisajes y experiencias. El hecho significativo es que este fue el último trabajo que escribió antes de abandonar su tierra natal para siempre. Rusia se convertirá en una metáfora del anhelo de algo que no se puede revertir. No solo por una tierra, sino también por un tiempo. Sin embargo, la música de Rachmaninov es tan auténtica que es difícil imaginar cualquier otra descripción posible de los lugares o emociones mencionados aquí, ni en el pasado ni en el futuro. El viaje comienza dramáticamente, "in medias res", con una pieza tempestuosa a cuyas exigencias técnicas encaja perfectamente el título "étude". Continúa un flujo distante, abriendo espacio a una acumulación a gran escala de "Dies irae" que conduce a perturbaciones onduladas. Constantes cambios discretos de emociones a través de sutiles sombras armónicas están presentes en la tercera pieza, mientras que la cuarta sirve de alguna manera como un "Scherzo ". Hay campanas ligeras y dramáticas, que recuerdan el frío prenavideño y la reminiscencia del invierno. La lucha Scriabinesca anunciada en el Op. 33 No. 8 obtiene una especie de secuela en la siguiente pieza. Hay cambios entre las armonías mayores y menores nuevamente, así como acordes fuertes y vibrantes. Pero esta vez las frases cantadas son mucho más largas y apasionadas. Es una música muy culminante, sensual e irresistible; requiriendo la completa devoción y despojo. Mientras que la complejidad del No. 6 se ajusta mejor al Op. 39, la idea compacta y la sencillez técnica revelan que perteneció originalmente al primer conjunto de estudios. Rachmaninov muestra aquí el lado pérfido y fantástico de su personaje. Después de todo, cada viaje contiene el peligro de encontrarse con un lobo... La primera parte del estudio, quizás el más singular, está relacionado con la parte inicial del Op. 33 No. 3. Sin embargo, cambia la dirección y continúa desarrollándose "per aspera ad astra", en el sentido de alcanzar la gloria divina, desapareciendo al final como si nada sucediera. En su momento pico, el piano se está convirtiendo literalmente en las grandes campanas de la catedral. Si bien su contraparte del Op. 33 es la plácida versión humana, esta pertenece a Dios. Los pensamientos especulativos finales antes de llegar al final del viaje están expuestos en la penúltima pieza de otoño, recordándonos que tal vez la verdadera belleza esté en el viaje en sí. La única clave mayor de todo el ciclo del Op. 39 se ha reservado para la última pieza. El círculo está siendo cerrado por otra marcha; una gloriosa y triunfante, aunque no realmente feliz. Hay una sonrisa en la cara, sin embargo, se mantiene bastante reservada hasta hasta las últimas líneas. Es un regreso (¿en casa o no?), La fanfarria y las campanas se escuchan nuevamente, así como la música de baile folclórico. Una declaración final después de largas y agitadas experiencias.

Bruno Vlahek

Bruno Vlahek

El pianista y compositor Bruno Vlahek (Zagreb, Croacia 1986) se ha destacado como uno de los músicos más versátiles de su generación. Los críticos describen sus interpretaciones pianísticas como "excepcionales", destacando su "virtuosismo fantástico" y "la profundidad del pensamiento musical que embruja al público".

Actúa regularmente en toda Europa, así como en Asia, África, América del Norte y del Sur, Rusia y Medio Oriente, en salas como el Palau de la Música Catalana de Barcelona, Academia Franz Liszt de Budapest, Dubai Opera, St. Martin-in-the-Fields de Londres, Auditorio Nacional de Música de Madrid, Kremlin de Moscú, Gasteig de Munich, Mozarteum de Salzburgo, Tel Aviv Museum of Art, Shanghai Concert Hall o Seoul Arts Centre. También son destacables sus actuaciones en los festivales de Dubrovnik, Bolzano, Viena, Moscú, Dar es-Salam y Verbier. Es premiado en prestigiosos concursos internacionales de piano como los de París, Shanghái, Lleida o Lyon, así como ganador de los premios Prix Paderewski en Suiza, el título del "Músico Joven del Año 2010" en Croacia, el premio de la Yamaha Music Foundation of Europe, el premio memorial Pnina Salzman en Israel y Artists on Globe Award 2014. En 2011 fue honrado con el diploma de Su Majestad la Reina Doña Sofía. Asimismo, como compositor, es ganador del primer premio en el Concurso internacional de composición "Cristóbal Halffter", del premio discográfico "Porin" y del premio "Stjepan Šulek" por mejor composición de música clásica, entre otros. Realizó grabaciones para el BBC 3, NPO Radio 4 en Holanda, RTVE y Catalunya Ràdio en España, o la Radio Suisse Romande para la cual grabó el Concierto N° 2 de C. Saint-Saëns con la Orchestre de Chambre de Lausanne. Ha colaborado con directores de orquesta y cameristas como Jaime Martín, Leopold Hager, David Danzmayr, Pascal Rophé, Philippe Müller, Milan Horvat, Alexander Ghindin, Cyprien Katsaris o Viktor Tretyakov. Forma parte del exitoso dúo de piano D&B con su mujer Dubravka Vukalovic.

Se graduó en la Academia de Música de la Universidad de Zagreb con Vladimir Krpan como uno de los alumnos más jóvenes de la historia del centro, obtuvo el diploma de solista en el Conservatorio de Lausana (Suiza) con Jean-François Antonioli, y realizó el máster en la Hochschule für Musik de Colonia (Alemania) con Vassily Lobanov, donde estudió también composición e improvisación. Entre 2010 y 2013 se perfeccionó con el legendario pianista Dmitri Bashkirov en la Escuela de Música Reina Sofía en Madrid. Además, los contactos con maestros como Einar Steen-Nøkleberg, Jean-Bernard Pommier, Ferenc Rados, Menahem Pressler, Masaaki Suzuki y Gábor Takács-Nagy dejaron una huella importante en su pianismo.

Sus propias obras han sido estrenadas en cinco continentes, en ciudades como Nueva York, Chicago, Londres, Berlin, Amsterdam, Salzburgo, Praga, Lisboa, Cambridge, Moscú, San Petersburgo, Seúl o Singapur, así como en los World New Music Days 2010 en Sydney (Australia); y están publicadas en los EE.UU. y en el Reino Unido.